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Como la hiedra
que trepa y se retuerce
buscando su confin.
Así, como la hiedra
el vientre ramifica la emoción,
inútiles las anclas de la luz en tus ojos cerrados;
Porque lates conmigo
el pulso que custodia las galaxias,
su inminente exterminio,
la sangre de la sed en los desiertos.
Manuel M. Barcia
Poema del día: "Bejuco silvestre en invierno", de Geoffrey Hill (Gran
Bretaña, 1932-2016)
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La vieja dicha del viajero aparece,
desnuda,
como una flor de espino
mientras el coche ingresa en la ciudad
entre borrosos pormenores…
Liana silvestre vert...
Hace 6 horas
2 comentarios:
Encuentro una ciencia en tu poesía la matemática y una de sus ramas, la geometría. Imagino la forma de la hiedra en su búsqueda en el tiempo siguiendo siempre un contorno. Remata tu poema con un vaticinio desesperanzador aunque en compañía, que es a pesar de todo sed... y esperanza.
Querida Leticia, son múltiples las raíces filosóficas que conforman los argumentos racionales del amor por la sabiduría.
Pero me gusta esta tu visión tan cabalística del Árbol de la Vida, que no es, sin embargo, religión de la hiedra, sólo sangre en su sed...
Gracias por tu detenida lectura.
Un beso
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