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Mirada en otros tiempos por venir,
esperanza en mi ofrenda.
Que los ojos del alba
nunca más iluminen
los sueños del dolor
que tiránicamente
despierta el dictador cada mañana
sobre aquellos que oprime;
ni la ingrávida voz que los sostiene
clamando entre los ciegos libertad
y universos callados
que aguardan la implosión,
la era de vivir sin malnacidos.
Manuel M. Barcia
La buena persona
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Cuida con mimo sus plantas repartidas por la terraza de su vivienda de
doscientos metros cuadrados.
La veo pasear a su perro, cuando hace frío bien a...
Hace 7 horas
2 comentarios:
Contigo, Manuel, en este poema.
Concha dixit
Pues gracias por tu grata compañía, Concha.
Un abrazo
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