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Aullemos el silencio sin mordazas.
Vamos a quebrar la luz en los espejos,
las puertas de cristal
que abren las fronteras aún insomnes
de mi cuerpo en tu cuerpo.
Guíame tú, oído del deseo
que te nutre tan hondo, que dispersa
la savia de nosotros por tu piel
con ecos del diluvio.
Manuel M. Barcia
Vida cotidiana
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* El confín de la pared granulada entre las sombras del pasillo, *
* suena un timbre y el silencio se hace viento de música, *
* anuncio de proximidad...
Hace 4 horas
2 comentarios:
Muy bello, Manuel:
Te dejo un beso
Ana
Gracias por venir, meiga.
Un beso
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