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Los ecos del placer
asolan el umbral de los sentidos,
orquestados de ausencia,
la música que gime
arias inolvidables.
Apenas hay memoria en tu voz,
el grito es más intenso cuando sueña
lagunas en las sienes
y ríos que se adentran como un vals,
danzables, vientre adentro.
Ardimos en su ayer
deseos encendidos junto al sol,
melodías antiguas sin tristeza,
el tacto, un ruiseñor,
trinos al viento.
Manuel M. Barcia
Poema del día: "16 de abril de 2006", de Nigar Nadir (Kurdistán, 1980)
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Dentro de otros cien años,
¿en qué parte del mundo
caerá el polvo sobre nuestras tumbas, querido?
Abre tus brazos para que
pueda olvidar la muerte otra vez...
Hace 3 horas
2 comentarios:
Hay momentos que inevitable(mente) son in(olvidables)
Besos
Como un rito sensual de lo prohibido, sí.
Un beso
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