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Expía nuestra culpa
en el lento placer de lo que ardemos.
La paz invulnerable
de todo el furor que nos incita,
aguaceros de mí
que surcan derrotados
la lluvia que te sacia
y nuestra comunión
cuando cesen las huellas del diluvio.
Manuel M. Barcia
Cómo cambian los tiempos
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Recuerdo aquel domingo de fútbol
en que nos tocó la quiniela.
Doce aciertos de catorce.
En total tres mil pesetas cada uno
-para dos chavales de ...
Hace 4 horas
2 comentarios:
Enigmaticamente... Precioso.
Me alegra que te guste, Mavi.
Gracias por tu paso.
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