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Los ecos del placer
asolan el umbral de los sentidos,
orquestados de ausencia,
la música que gime
arias inolvidables.
Apenas hay memoria en tu voz,
el grito es más intenso cuando sueña
lagunas en las sienes
y ríos que se adentran como un vals,
danzables, vientre adentro.
Ardimos en su ayer
deseos encendidos junto al sol,
melodías antiguas sin tristeza,
el tacto, un ruiseñor,
trinos al viento.
Manuel M. Barcia
Poema del día: "Los topos", de Mary Oliver (Estados Unidos, 1935-2019)
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Bajo las hojas, bajo
las primeras capas
livianas de tierra
ahí están – rápidos
como escarabajos, ciegos
como murciélagos, tímidos
como liebres pero más
esc...
Hace 4 horas
2 comentarios:
Hay momentos que inevitable(mente) son in(olvidables)
Besos
Como un rito sensual de lo prohibido, sí.
Un beso
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