Ya antes de que fuéramos mitad
tú eras mi noción de lo completo,
lo urdido entre los pares para ser
binomio de una imagen, apariencia sutil
de toda circunstancia
que pretenda instaurar
a lo desconocido fingiéndose la luz
sobre nuestros secretos
y la celebración de lo que ardía
cada vez que tú y yo
jugábamos a sombras de clausura.
Le pondremos tu nombre
al círculo que encierra
la matriz coronada por los sueños,
por si alguien plagiara la invención
de sabernos milagro
cuando la sien repica solaces campanarios.
Y mientras seré espera,
no convine juntar los ideales
con armas del ruido,
para luego sentir
las hondas cicatrices del silencio.
mmb
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