He de reconocer que soy ambiguo,
que tengo las manías por costumbre
y resulto muy dócil a lo hostil
según rija la luna mis neurosis.
Aborrezco rutinas que añadir
a los tiempos cegados de ilusiones,
cualquier imposición de inexistencia
sin nada que refleje lo que fui.
Podría hacer un pacto con los dioses
dejando un poco a un lado la quietud
y elevarme a la paz y otras quimeras,
pero no está mi fe para prodigios,
tampoco estas locuras son continuas,
dependen del origen de lo astral
y algún gesto de vida imprevisible,
tan sólo por nacer un estrambote.
Manuel M. Barcia
En el acantilado del tiempo.
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En la inminencia de no ser
código fiel
a tu geometría;
un roce suspendido
en el límite de la forma,
un naufragio de labios
en el territor...
Hace 1 hora
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