El tiempo del crepúsculo asemeja tus sueños y los míos
al aullido de un lobo cuando calla el silencio,
trayendo transparencias de locura
donde yace lo eterno tumbado en tus lamentos
Allí, la ofrenda fértil, incesante,
alumbra todavía delirios virginales
y espasmos delicados en tu vientre
Después de medianoche,
un cráter de luna nos contempla
con lava incandescente en su mirada,
y se va. Sin salir de nuestro cielo,
donde su sombra es la luz
que agranda la memoria de los sueños
con el magma licuado que nos moja.
Manuel M. Barcia
Un verso perdido en el espacio
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Hurgando la noche
Los destellos espirituales del silencio
Agrietado y torpe
Me derrumbe como un castillo
De arena en el cielo
El suelo...
Hace 6 horas
2 comentarios:
Qué bien escribes, Manuel.
Un dulce beso
Ana
Viniendo el comentario de ti, más que un elogio, es un premio, meiga.
Gracias por tu alta consideración a mis palabras.
Un beso
Manuel
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