Navego a barlovento,
sobre el húmedo rumor de las olas
que inundan de esperanza el horizonte.
Y permanezco inmóvil en la nada,
o tal vez
pongo rumbo a lo eterno
aunque no exista.
Guíame, mar, al compás de las rutas
que sólo tú conoces.
Sé del tiempo desnuda marejada,
pulsión habilitada en mi destino.
Yo soy viajero anclado en tu misterio,
acaso luz de luna en la borrasca,
o nauta de tu brisa.
Manuel M. Barcia
Poema del día: "Mi amigo el silencio", de Enrique González Martínez
(México, 1871-1952)
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Llegó una vez, al preludiar mi queja
bajo el amparo de la tarde amiga,
y posó su piedad en mi fatiga,
y desde aquel entonces no me deja.
Con blanda mano, ...
Hace 5 horas
2 comentarios:
Genial petición al mar, Manuel.
Un beso de sueño
Ana
Gracias por navegar en este mar de sensaciones, meiga.
Un beso de mar
Manuel
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