Volar en bicicleta era frecuente,
si del viento indomable se caía
el vértigo en quietud y la alegría
a golpes de pedal en su simiente
En pleno corazón adolescente
galopa la distancia todavía
en potro volador al que tenía
los estribos unidos fetalmente
Aún laten los recuerdos de aire puro,
la greda en los paisajes solitarios,
con plena libertad de la mirada
Un tiempo de niñez no tan oscuro
si resuenan los timbres solidarios
de sueños que cabalgan por la nada.
Manuel M. Barcia
Fantasma de tinta y café frío
-
-Mañana
Las flores abren sus corolas al sol
Pequeñas bocas que tragan luz
Las lápidas, mudas pianolas,
Guardan canciones
Que sólo el mus...
Hace 7 horas
2 comentarios:
Un soneto bello, fresco, natural, Manuel.
Un beso de meiga voladora
Ana
Gracias por tus bellas palabras, Ana.
Un beso
Manuel
Publicar un comentario