Existe una isla virgen
de la que oí hablar entre mareas,
donde las aguas fingen hedonismo
cuando el mar desemboca en su silencio,
para entregar los siglos de pasiones
que otorga una medusa en transparencia
rezumando las sales lujuriosas
en la vulva de sus playas
Y en los volcanes del sur
el magma se desborda placentero.
Manuel M. Barcia
La ley del deseo
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Alza tu vaso de ginebra que no es cartel de amor,
mueve los labios pero no digas la palabra que llora,
finge ser cuerpo desnudo bajo el vestido de l...
Hace 3 horas
2 comentarios:
Un poema muy sensual, Manuel.
Un abrazo marino
Ana
Me gusta ver tus huellas en la erótica del mar, meiga.
Gracias por tu paso
Un beso
Manuel
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