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Expía nuestra culpa
en el lento placer de lo que ardemos.
La paz invulnerable
de todo el furor que nos incita,
aguaceros de mí
que surcan derrotados
la lluvia que te sacia
y nuestra comunión
cuando cesen las huellas del diluvio.
Manuel M. Barcia
Cerrando el círculo
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Contra mí los paraísos donde el inicio y el final
tienen un único rostro, sin la consciencia
ni en el corazón de la retina la calma de un reloj pétr...
Hace 2 horas
2 comentarios:
Enigmaticamente... Precioso.
Me alegra que te guste, Mavi.
Gracias por tu paso.
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