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Expía nuestra culpa
en el lento placer de lo que ardemos.
La paz invulnerable
de todo el furor que nos incita,
aguaceros de mí
que surcan derrotados
la lluvia que te sacia
y nuestra comunión
cuando cesen las huellas del diluvio.
Manuel M. Barcia
En el arcoíris de una ilusión mordida
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Se rasgo el silencio
en la grieta de un aliento,
un hongo terco y profundo
que germinaba para vivir.
Para sonreírle al viento de ecos in...
Hace 9 horas
2 comentarios:
Enigmaticamente... Precioso.
Me alegra que te guste, Mavi.
Gracias por tu paso.
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