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Te observo con desgana,
aún ensangrentado de pereza.
Fluyes
por entre las rendijas del silencio
como un instinto leve que me atrapa
y liberta a la vez,
muy lejos todavía de llegar a la escena
donde claman derecho existencial
miles de interrogantes.
Y mientras eres nadie,
al sueño pertenezco.
Y a las musas tempranas
que asombran las palabras en mi mente
vagando por la luz
inspiraciones.
Manuel M. Barcia
El deslumbramiento
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El canto en las arterias que agita la sangre
con melodías que bullen
como ángeles festivos
por el andén de mi cuerpo.
Un ardor de llama en la lu...
Hace 17 minutos
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