El tiempo del crepúsculo asemeja tus sueños y los míos
al aullido de un lobo cuando calla el silencio,
trayendo transparencias de locura
donde yace lo eterno tumbado en tus lamentos
Allí, la ofrenda fértil, incesante,
alumbra todavía delirios virginales
y espasmos delicados en tu vientre
Después de medianoche,
un cráter de luna nos contempla
con lava incandescente en su mirada,
y se va. Sin salir de nuestro cielo,
donde su sombra es la luz
que agranda la memoria de los sueños
con el magma licuado que nos moja.
Manuel M. Barcia
Adolescentes
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Tú me enseñaste a vivir la aventura.
A los quince años descubrí
por primera vez
lo que es
la libertad.
Recogíamos tornillos de la vía del tren,
cartón de ...
Hace 2 horas
2 comentarios:
Qué bien escribes, Manuel.
Un dulce beso
Ana
Viniendo el comentario de ti, más que un elogio, es un premio, meiga.
Gracias por tu alta consideración a mis palabras.
Un beso
Manuel
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