.
Al fondo del espejo
la sombra que no duerme
y epílogos de luz,
o la imagen convexa de los sueños
flotando en la memoria,
sólo queda el suicidio
que pactan los ocasos.
Manuel M. Barcia
lunes, 31 de agosto de 2009
domingo, 30 de agosto de 2009
EL NORTE COMO PATRIA
Ser en la vida
romero,
romero sólo que cruza
siempre por caminos nuevos,
ser en la vida romero,
sin más oficio, sin otro nombre
y sin pueblo...
ser en la vida
romero... romero... sólo romero.
León Felipe
Camina el ermitaño y no regresa.
Silencio tras sus pasos,
hollando en el paisaje soledades
perdidas en la arena.
En las rutas ignotas de la ausencia,
la brújula sostiene
el norte de su patria.
Y queda una mirada de nostalgia...
cegada por la luz de las estrellas
en la sombra del alma.
Manuel M. Barcia
viernes, 28 de agosto de 2009
AVE-SIDERAL
En el nido del ave-sideral,
los días finalizan por costumbre,
despertando los sueños en la cumbre
con trinos del crepúsculo abisal.
Hay restos de nostalgia en manantial
que fue, como la noche, certidumbre
pactando ese silencio que vislumbre
un mar de amaneceres de cristal.
Con frágiles sonidos de salida
sus cánticos de música y belleza
son violines de luz hacia la vida
Y contempla la opaca despedida
del fuego que se oculta en la maleza,
dejando su pasión allí perdida.
Manuel M. Barcia
los días finalizan por costumbre,
despertando los sueños en la cumbre
con trinos del crepúsculo abisal.
Hay restos de nostalgia en manantial
que fue, como la noche, certidumbre
pactando ese silencio que vislumbre
un mar de amaneceres de cristal.
Con frágiles sonidos de salida
sus cánticos de música y belleza
son violines de luz hacia la vida
Y contempla la opaca despedida
del fuego que se oculta en la maleza,
dejando su pasión allí perdida.
Manuel M. Barcia
LOS HILOS DEL SILENCIO
Mientras beben mi sangre las palabras,
sacudo la zozobra de la mente
que busca los enigmas del soneto
allí codificados sin materia
Recito con plegarias dos cuartetos;
Si vienen ocho versos por el aire,
quizá ya los tercetos no suspiren
con ruegos de esperanza sobre el mármol
Los fines perseguidos por mi mano,
no son ganar lo eterno bajo el cielo,
ni siquiera ser mártir sin condena
Quisiera completar, a mi albedrío,
catorce hilaturas que se tejen
cosiéndole sus últimas puntadas.
Manuel M. Barcia
sacudo la zozobra de la mente
que busca los enigmas del soneto
allí codificados sin materia
Recito con plegarias dos cuartetos;
Si vienen ocho versos por el aire,
quizá ya los tercetos no suspiren
con ruegos de esperanza sobre el mármol
Los fines perseguidos por mi mano,
no son ganar lo eterno bajo el cielo,
ni siquiera ser mártir sin condena
Quisiera completar, a mi albedrío,
catorce hilaturas que se tejen
cosiéndole sus últimas puntadas.
Manuel M. Barcia
jueves, 27 de agosto de 2009
DESEOS TRANSPARENTES
Un verso que se niega,
herencia de las sílabas perdidas
que interpretan poemas y leyendas
andando los senderos sin destino
Más lejos todavía,
alfabetos de sueños imposibles
detrás de aquella bruma inexpugnable
Ya no quedan vocablos
que surquen el espacio del vacío,
vagando sin saberlo en la tristeza
para hacerse alegría
No fluyen las palabras del silencio,
ni siquiera del frío
que acude a mis deseos transparentes.
Manuel M. Barcia
herencia de las sílabas perdidas
que interpretan poemas y leyendas
andando los senderos sin destino
Más lejos todavía,
alfabetos de sueños imposibles
detrás de aquella bruma inexpugnable
Ya no quedan vocablos
que surquen el espacio del vacío,
vagando sin saberlo en la tristeza
para hacerse alegría
No fluyen las palabras del silencio,
ni siquiera del frío
que acude a mis deseos transparentes.
Manuel M. Barcia
EL ACANTILADO DEL FRÍO
Tu cuerpo es un abismo de belleza
sin límite de sombras al desnudo,
en el blanco desierto al que yo acudo
sumido en su fatal naturaleza
En esta irrealidad de la pereza
que observa con desgana tras su escudo
los favores que tuvo mientras pudo,
se quiebra de impotencia la tristeza
Un resto del cadáver apagado
contempla en el termómetro que expira
su grado de hipotermia resignado
Y emite las señales cuando gira
ya sólo con siluetas de lo amado
en aves migratorias, mientras mira.
Manuel M. Barcia
sin límite de sombras al desnudo,
en el blanco desierto al que yo acudo
sumido en su fatal naturaleza
En esta irrealidad de la pereza
que observa con desgana tras su escudo
los favores que tuvo mientras pudo,
se quiebra de impotencia la tristeza
Un resto del cadáver apagado
contempla en el termómetro que expira
su grado de hipotermia resignado
Y emite las señales cuando gira
ya sólo con siluetas de lo amado
en aves migratorias, mientras mira.
Manuel M. Barcia
Con el viento de cola
He de reconocer que soy ambiguo,
que tengo las manías por costumbre
y resulto muy dócil a lo hostil
según rija la luna mis neurosis.
Aborrezco rutinas que añadir
a los tiempos cegados de ilusiones,
cualquier imposición de inexistencia
sin nada que refleje lo que fui.
Podría hacer un pacto con los dioses
dejando un poco a un lado la quietud
y elevarme a la paz y otras quimeras,
pero no está mi fe para prodigios,
tampoco estas locuras son continuas,
dependen del origen de lo astral
y algún gesto de vida imprevisible,
tan sólo por nacer un estrambote.
Manuel M. Barcia
que tengo las manías por costumbre
y resulto muy dócil a lo hostil
según rija la luna mis neurosis.
Aborrezco rutinas que añadir
a los tiempos cegados de ilusiones,
cualquier imposición de inexistencia
sin nada que refleje lo que fui.
Podría hacer un pacto con los dioses
dejando un poco a un lado la quietud
y elevarme a la paz y otras quimeras,
pero no está mi fe para prodigios,
tampoco estas locuras son continuas,
dependen del origen de lo astral
y algún gesto de vida imprevisible,
tan sólo por nacer un estrambote.
Manuel M. Barcia
MI POTRO VOLADOR
Volar en bicicleta era frecuente,
si del viento indomable se caía
el vértigo en quietud y la alegría
a golpes de pedal en su simiente
En pleno corazón adolescente
galopa la distancia todavía
en potro volador al que tenía
los estribos unidos fetalmente
Aún laten los recuerdos de aire puro,
la greda en los paisajes solitarios,
con plena libertad de la mirada
Un tiempo de niñez no tan oscuro
si resuenan los timbres solidarios
de sueños que cabalgan por la nada.
Manuel M. Barcia
si del viento indomable se caía
el vértigo en quietud y la alegría
a golpes de pedal en su simiente
En pleno corazón adolescente
galopa la distancia todavía
en potro volador al que tenía
los estribos unidos fetalmente
Aún laten los recuerdos de aire puro,
la greda en los paisajes solitarios,
con plena libertad de la mirada
Un tiempo de niñez no tan oscuro
si resuenan los timbres solidarios
de sueños que cabalgan por la nada.
Manuel M. Barcia
miércoles, 26 de agosto de 2009
RITOS Y ENTREGAS
Varado y aún sonámbulo en tu piel,
un tiempo de quietud, nuncio de muerte,
proclama el eco donde se hace fuerte
el grito que jalea, luna y miel
Sellamos nuestra unión: tinta y Babel
dispuesta por los hados y la suerte,
acaso bendecida para verte
desnuda en compañia del papel.
De nudos laberínticos y fuego
ataste los orígenes del hombre
a luz resplandeciente de certeza
Y fuiste la raíz de un nuevo juego
llenando de alboroto con tu nombre
mis sueños insondables de belleza.
Manuel M. Barcia
un tiempo de quietud, nuncio de muerte,
proclama el eco donde se hace fuerte
el grito que jalea, luna y miel
Sellamos nuestra unión: tinta y Babel
dispuesta por los hados y la suerte,
acaso bendecida para verte
desnuda en compañia del papel.
De nudos laberínticos y fuego
ataste los orígenes del hombre
a luz resplandeciente de certeza
Y fuiste la raíz de un nuevo juego
llenando de alboroto con tu nombre
mis sueños insondables de belleza.
Manuel M. Barcia
martes, 25 de agosto de 2009
ÓRBITAS DE FUEGO
Si no hubiera un paisaje con rumor de soledad,
con el instinto claro de sueños impasibles
que ofrecen su alabanza
como un desprendimiento del aroma
de azufre en madreselva
Si pudiera encontrar la luz apenas trémula
que conduce hasta la ausencia
del tiempo que se mece en tu reflejo
sin sombra que lo ampare...
Aún sería sol.
Y tú serías luna,
girando el espacio de tu vientre
en órbitas de fuego
que fulgen de los dos en su ardimiento.
Manuel M. Barcia
con el instinto claro de sueños impasibles
que ofrecen su alabanza
como un desprendimiento del aroma
de azufre en madreselva
Si pudiera encontrar la luz apenas trémula
que conduce hasta la ausencia
del tiempo que se mece en tu reflejo
sin sombra que lo ampare...
Aún sería sol.
Y tú serías luna,
girando el espacio de tu vientre
en órbitas de fuego
que fulgen de los dos en su ardimiento.
Manuel M. Barcia
lunes, 24 de agosto de 2009
EL DICCIONARIO DE LA NOCHE
Escucho en las entrañas del silencio
la música durmiente de la umbría
que brota desde tumbas muy lejanas
dejando su pulsión en mi destino
De sombras enigmáticas fluían
reflejos de la luna en el exilio
donde a solas su aura me contempla
insomne sin saberlo en mi retina
Después una cadena de recuerdos
desata del olvido a su memoria
liberando la luz allí enclaustrada
Y tenía la noche un diccionario
de sílabas calladas y de sueños
escrito con palabras sin renglones.
Manuel M. Barcia
la música durmiente de la umbría
que brota desde tumbas muy lejanas
dejando su pulsión en mi destino
De sombras enigmáticas fluían
reflejos de la luna en el exilio
donde a solas su aura me contempla
insomne sin saberlo en mi retina
Después una cadena de recuerdos
desata del olvido a su memoria
liberando la luz allí enclaustrada
Y tenía la noche un diccionario
de sílabas calladas y de sueños
escrito con palabras sin renglones.
Manuel M. Barcia
LA SOMBRA DE LA LLUVIA
Tengo la luz de un poema
oculta entre la sombra de la lluvia
Un río de metáforas me lleva
a sueños de invisibles extensiones
cuyo despertar no sé.
Manuel M. Barcia
oculta entre la sombra de la lluvia
Un río de metáforas me lleva
a sueños de invisibles extensiones
cuyo despertar no sé.
Manuel M. Barcia
domingo, 23 de agosto de 2009
PIRÁMIDE
Sentada en la rutina,
como un reo del fuego que purga su condena
ardiendo en las arenas del desierto,
inventa en sus raíces
un vuelo hacia ingrávidos parajes
viajando sus anhelos
por escenas de siglos sin materia
En los brazos del viento
olvida las orillas encendidas
que fueron la quietud de su misterio
Y mientras la pirámide delira,
el sol hace lo eterno inasible
en la cúspide plena de silencio,
como un sueño en su brújula de ausencia
que mira sólo al cielo.
Manuel M. Barcia
como un reo del fuego que purga su condena
ardiendo en las arenas del desierto,
inventa en sus raíces
un vuelo hacia ingrávidos parajes
viajando sus anhelos
por escenas de siglos sin materia
En los brazos del viento
olvida las orillas encendidas
que fueron la quietud de su misterio
Y mientras la pirámide delira,
el sol hace lo eterno inasible
en la cúspide plena de silencio,
como un sueño en su brújula de ausencia
que mira sólo al cielo.
Manuel M. Barcia
LIDES DE FUEGO
Asediado por fuego
y el ardor femenino de tus armas,
envaino mi espada en tus adentros
... y me rindo a tu cuerpo en la batalla
Manuel M. Barcia
y el ardor femenino de tus armas,
envaino mi espada en tus adentros
... y me rindo a tu cuerpo en la batalla
Manuel M. Barcia
sábado, 22 de agosto de 2009
SED DE AMOR
Cuando es turbio el amor y chifladura
y sólo nos conduce al desenfreno,
es fácil ser herida en su veneno,
historia moribunda y conjetura
Perdidos en la noche sin albura
despiertan los deseos de lo ajeno
traídos por las alas del averno
en ángeles caídos por diablura
Sumida en el abismo de la umbría
reposa la pasión en su letargo
los días de inocencia y utopía
La sed siempre es saciable, sin embargo,
la lluvia que nos trae nos ahogaría
si fueran sus pisadas a lo largo.
Manuel M. Barcia
y sólo nos conduce al desenfreno,
es fácil ser herida en su veneno,
historia moribunda y conjetura
Perdidos en la noche sin albura
despiertan los deseos de lo ajeno
traídos por las alas del averno
en ángeles caídos por diablura
Sumida en el abismo de la umbría
reposa la pasión en su letargo
los días de inocencia y utopía
La sed siempre es saciable, sin embargo,
la lluvia que nos trae nos ahogaría
si fueran sus pisadas a lo largo.
Manuel M. Barcia
viernes, 21 de agosto de 2009
LOS OJOS DE LA LUNA
El tiempo del crepúsculo asemeja tus sueños y los míos
al aullido de un lobo cuando calla el silencio,
trayendo transparencias de locura
donde yace lo eterno tumbado en tus lamentos
Allí, la ofrenda fértil, incesante,
alumbra todavía delirios virginales
y espasmos delicados en tu vientre
Después de medianoche,
un cráter de luna nos contempla
con lava incandescente en su mirada,
y se va. Sin salir de nuestro cielo,
donde su sombra es la luz
que agranda la memoria de los sueños
con el magma licuado que nos moja.
Manuel M. Barcia
al aullido de un lobo cuando calla el silencio,
trayendo transparencias de locura
donde yace lo eterno tumbado en tus lamentos
Allí, la ofrenda fértil, incesante,
alumbra todavía delirios virginales
y espasmos delicados en tu vientre
Después de medianoche,
un cráter de luna nos contempla
con lava incandescente en su mirada,
y se va. Sin salir de nuestro cielo,
donde su sombra es la luz
que agranda la memoria de los sueños
con el magma licuado que nos moja.
Manuel M. Barcia
jueves, 20 de agosto de 2009
SIN TUMBA
Agoniza el éxtasis
y la nada reclama su tributo
en la sed del más allá, donde los girasoles
contemplan el silencio de la noche
en un erial sin tumba.
Manuel M. Barcia
y la nada reclama su tributo
en la sed del más allá, donde los girasoles
contemplan el silencio de la noche
en un erial sin tumba.
Manuel M. Barcia
FLUJOS DE VACÍO
Insomne en los ensueños
desnudo la memoria de tu vientre,
crisol de los silencios que fluctúan
en fuego guarecido por pasiones.
Manuel M. Barcia
desnudo la memoria de tu vientre,
crisol de los silencios que fluctúan
en fuego guarecido por pasiones.
Manuel M. Barcia
miércoles, 19 de agosto de 2009
EL PIANISTA
En guantes de silencio
esperan taciturnas las huellas de la sombra
que transite la luz hacia el teclado
Susurra el diapasón casi inaudible
-por si el piano durmiese-
los cánticos del sueño que acaricien
las notas de la música que abriga
Sonidos no escuchados le contemplan,
ansiosos por sentir en sus acordes
la cima de la gloria que allí escala
Y brotan justo en medio del olvido,
fluyendo de recuerdos que se anudan
a cuerdas percutidas por sus manos
en donde la quietud vuela en lo eterno.
Manuel M. Barcia
esperan taciturnas las huellas de la sombra
que transite la luz hacia el teclado
Susurra el diapasón casi inaudible
-por si el piano durmiese-
los cánticos del sueño que acaricien
las notas de la música que abriga
Sonidos no escuchados le contemplan,
ansiosos por sentir en sus acordes
la cima de la gloria que allí escala
Y brotan justo en medio del olvido,
fluyendo de recuerdos que se anudan
a cuerdas percutidas por sus manos
en donde la quietud vuela en lo eterno.
Manuel M. Barcia
martes, 18 de agosto de 2009
FIGURACIÓN, COTIDIANIDAD Y TROCITOS DE SARCASMO CON VOZ PROPIA
Vuelo en grullas de papel
con aves que no van a ningún sitio
...
La vida es sólo un sueño
jugando al mismo juego en fotogramas
...
De relatividad somos teoría
y algo de energía en su materia
...
En la escena del crimen
la luz era una sombra sin salida
...
Las putas nunca tienen
el gesto involuntario
de besar al cliente
cuando el pacto ya es sólo desencuentro
... porque tienen temor a enamorarse
...
Mar
Luna
Mareas,
... a veces bailan juntos
la danza de los solos
...
El mapa de la isla
nos muestra los estanques de otra forma
...
Un ciego se recrea en la mirada
de la luz sin reflejo nunca vista
...
Detrás del laberinto
aún vive una mitad del Minotauro
que espía las faenas de Teseo.
Manuel M. Barcia
con aves que no van a ningún sitio
...
La vida es sólo un sueño
jugando al mismo juego en fotogramas
...
De relatividad somos teoría
y algo de energía en su materia
...
En la escena del crimen
la luz era una sombra sin salida
...
Las putas nunca tienen
el gesto involuntario
de besar al cliente
cuando el pacto ya es sólo desencuentro
... porque tienen temor a enamorarse
...
Mar
Luna
Mareas,
... a veces bailan juntos
la danza de los solos
...
El mapa de la isla
nos muestra los estanques de otra forma
...
Un ciego se recrea en la mirada
de la luz sin reflejo nunca vista
...
Detrás del laberinto
aún vive una mitad del Minotauro
que espía las faenas de Teseo.
Manuel M. Barcia
lunes, 17 de agosto de 2009
A BARLOVENTO
Navego a barlovento,
sobre el húmedo rumor de las olas
que inundan de esperanza el horizonte.
Y permanezco inmóvil en la nada,
o tal vez
pongo rumbo a lo eterno
aunque no exista.
Guíame, mar, al compás de las rutas
que sólo tú conoces.
Sé del tiempo desnuda marejada,
pulsión habilitada en mi destino.
Yo soy viajero anclado en tu misterio,
acaso luz de luna en la borrasca,
o nauta de tu brisa.
Manuel M. Barcia
sobre el húmedo rumor de las olas
que inundan de esperanza el horizonte.
Y permanezco inmóvil en la nada,
o tal vez
pongo rumbo a lo eterno
aunque no exista.
Guíame, mar, al compás de las rutas
que sólo tú conoces.
Sé del tiempo desnuda marejada,
pulsión habilitada en mi destino.
Yo soy viajero anclado en tu misterio,
acaso luz de luna en la borrasca,
o nauta de tu brisa.
Manuel M. Barcia
domingo, 16 de agosto de 2009
BESOS DE MÁRMOL
Una réplica exacta de tus labios
traspasó fugazmente mi memoria,
como si me arrastraran
desde lejos
a tumbas sin leyenda,
a tu lengua,
privada de la carne,
como un beso tallado por la muerte
en dos bocas de mármol.
Manuel M. Barcia
traspasó fugazmente mi memoria,
como si me arrastraran
desde lejos
a tumbas sin leyenda,
a tu lengua,
privada de la carne,
como un beso tallado por la muerte
en dos bocas de mármol.
Manuel M. Barcia
DESPERTARES
Anillos de serpiente
me rodean.
La fuerza del silencio
en mis adentros,
y un aroma de lirios.
Los despojos del sueño.
Y no tengo certeza
de mi papel en blanco
que la vida propone
con gritos de reclamo.
Refugio entre los pliegues de la almohada
los diálogos de luz
que ahuyentan de la noche mis temores,
atado a mi interior entre algodones,
buscando en lo soñado mis pisadas.
Manuel M. Barcia
me rodean.
La fuerza del silencio
en mis adentros,
y un aroma de lirios.
Los despojos del sueño.
Y no tengo certeza
de mi papel en blanco
que la vida propone
con gritos de reclamo.
Refugio entre los pliegues de la almohada
los diálogos de luz
que ahuyentan de la noche mis temores,
atado a mi interior entre algodones,
buscando en lo soñado mis pisadas.
Manuel M. Barcia
sábado, 15 de agosto de 2009
NIDO DE ESCORPIÓN
Volviste a socavar los promontorios
del hueco impenetrable del recuerdo
en un leve descuido de mi sombra
Inútil sobornar a la memoria
con aromas de almizcle que seducen
amores apresados por el tiempo
en un nido de escorpión
¿Por qué esa eterna búsqueda de lechos
con sábanas de acero
que juntos compartimos sin caricias,
sin vibrar de colchones y vientres tan lejanos?
Consumida la imagen de los rostros que mueren,
sólo quedan presencias acalladas
de labios retorcidos de silencio
que alguien habrá roto en el espejo.
Manuel M. Barcia
del hueco impenetrable del recuerdo
en un leve descuido de mi sombra
Inútil sobornar a la memoria
con aromas de almizcle que seducen
amores apresados por el tiempo
en un nido de escorpión
¿Por qué esa eterna búsqueda de lechos
con sábanas de acero
que juntos compartimos sin caricias,
sin vibrar de colchones y vientres tan lejanos?
Consumida la imagen de los rostros que mueren,
sólo quedan presencias acalladas
de labios retorcidos de silencio
que alguien habrá roto en el espejo.
Manuel M. Barcia
MUJER ASTRAL
Unigénica y plural,
gravitas en las bóvedas astrales
las órbitas de luz en el misterio
donde el cielo se cumple
Generas universos sin materia
que caben en el mundo de los sueños
con sombras enigmáticas de luna
Y de Venus impregnas los sentidos
imitando eróticas pisadas
de las huellas fecundas de una diosa
que es cuerpo y transparencia de poeta.
Manuel M. Barcia
gravitas en las bóvedas astrales
las órbitas de luz en el misterio
donde el cielo se cumple
Generas universos sin materia
que caben en el mundo de los sueños
con sombras enigmáticas de luna
Y de Venus impregnas los sentidos
imitando eróticas pisadas
de las huellas fecundas de una diosa
que es cuerpo y transparencia de poeta.
Manuel M. Barcia
viernes, 14 de agosto de 2009
DESEQUILIBRIOS
Un búho que no canta le acompaña
donde anida el cemento de la acera
el tiempo insoportable del olvido,
entre ratas, cartones y miseria
Sembrada en las heridas del ocaso
la noche se detiene en su hemorragia,
sin embargo aún persiste la inútil fantasía
de aferrarse al destino remediable
invistiendo de luz sus ataduras
con nudos invisibles de esperanza
Un vestigio de sombra
sonríe entre las llamas de nostalgia
cuando el hombre indigente
es cuerpo transparente entre los sueños,
y emerge de la calle un himno triste,
con trinos de silencio que fluían
subiendo del asfalto hasta su oído.
Manuel M. Barcia
donde anida el cemento de la acera
el tiempo insoportable del olvido,
entre ratas, cartones y miseria
Sembrada en las heridas del ocaso
la noche se detiene en su hemorragia,
sin embargo aún persiste la inútil fantasía
de aferrarse al destino remediable
invistiendo de luz sus ataduras
con nudos invisibles de esperanza
Un vestigio de sombra
sonríe entre las llamas de nostalgia
cuando el hombre indigente
es cuerpo transparente entre los sueños,
y emerge de la calle un himno triste,
con trinos de silencio que fluían
subiendo del asfalto hasta su oído.
Manuel M. Barcia
jueves, 13 de agosto de 2009
YO SÓLO ME LIMITO A SER POETA
¿Quién habita detrás de mi deseo
si muriese de amores?
¿Qué silencio me espera
vagando eternamente en los sonidos
que sostiene la música en el aire
perdiéndose en su eco?
Hay luces que atraviesan el olvido
proyectando la sombra de lo amado
más allá de uno mismo
Yo sólo me limito a ser poeta,
a escribir las palabras
que sueño mientras firmo,
a ser una alianza con las musas
que acudan a mis versos.
Manuel M. Barcia
si muriese de amores?
¿Qué silencio me espera
vagando eternamente en los sonidos
que sostiene la música en el aire
perdiéndose en su eco?
Hay luces que atraviesan el olvido
proyectando la sombra de lo amado
más allá de uno mismo
Yo sólo me limito a ser poeta,
a escribir las palabras
que sueño mientras firmo,
a ser una alianza con las musas
que acudan a mis versos.
Manuel M. Barcia
miércoles, 12 de agosto de 2009
PERSEIDAS
Era un fluido elemental
de alfabetos lejanos que habitaban su mente
Una fuente remota que de cielo se envuelve
tenía una excusa en el espacio
para entrar sigilosa a través de los sueños
Y allí sin haber sido,
eran versos de lágrimas y luces
de una diosa que ofrece
su lluvia transparente de Perseidas.
Manuel M. Barcia
de alfabetos lejanos que habitaban su mente
Una fuente remota que de cielo se envuelve
tenía una excusa en el espacio
para entrar sigilosa a través de los sueños
Y allí sin haber sido,
eran versos de lágrimas y luces
de una diosa que ofrece
su lluvia transparente de Perseidas.
Manuel M. Barcia
martes, 11 de agosto de 2009
RITUALES DE LUZ
Nos inventa el silencio,
en el giro contrario de la noche
que menstrúa en tu vientre libertades
Nos juzga desolado,
por entre la rejilla adulterada
de los ojos que espían beatitudes
Y juntos celebramos
rituales de luz entre sus sombras,
tejiendo despertar de amaneceres
que incendian nuestros cuerpos
sin más oscuridad que la del sueño.
Manuel M. Barcia
en el giro contrario de la noche
que menstrúa en tu vientre libertades
Nos juzga desolado,
por entre la rejilla adulterada
de los ojos que espían beatitudes
Y juntos celebramos
rituales de luz entre sus sombras,
tejiendo despertar de amaneceres
que incendian nuestros cuerpos
sin más oscuridad que la del sueño.
Manuel M. Barcia
lunes, 10 de agosto de 2009
JURÁSICO
La noche es el oráculo del miedo
Del tiemp0 aletargadas
se escuchan las pisadas del silencio
Sólo yo contemplando las horas que se abisman
y son escalofrío en Pangea
Soy único testigo de aquel tiempo,
señal inextinguible de la historia
y olor a dinosaurio
que aún duerme en el sueño que me bebe.
Manuel M. Barcia
Del tiemp0 aletargadas
se escuchan las pisadas del silencio
Sólo yo contemplando las horas que se abisman
y son escalofrío en Pangea
Soy único testigo de aquel tiempo,
señal inextinguible de la historia
y olor a dinosaurio
que aún duerme en el sueño que me bebe.
Manuel M. Barcia
sábado, 8 de agosto de 2009
EL ESPESO HERMETISMO DE LA NADA
No es fácil traspasar en el espejo
la ilusión de tu cuerpo a la deriva
en la orografía de la sombra
La bruma es un reflejo inabarcable
entre sueños que cruzan
el espeso hermetismo de la nada
Y sin embargo,
reclamo el sonido que se esconde
en la música turbia de tu imagen
Estamos tan cercanos, y tan lejos a la vez,
que avanzan extensiones de lo eterno
burlándose de mí por los atajos
El ojo de la noche es el silencio,
su mirada, la linde del espacio
donde se hayan sepultas mis quimeras
Allí caben siluetas,
incluso tu espejismo
que vírgen resplandece en amor fósil
Tendré que hacer del aire una frontera,
y del viento un ataúd,
sin asideros,
para que duerma el dolor,
para aferrame a ti sin armadura,
y pueda reflejarme en el deseo
volando mi retina en tus señales.
Manuel M. Barcia
la ilusión de tu cuerpo a la deriva
en la orografía de la sombra
La bruma es un reflejo inabarcable
entre sueños que cruzan
el espeso hermetismo de la nada
Y sin embargo,
reclamo el sonido que se esconde
en la música turbia de tu imagen
Estamos tan cercanos, y tan lejos a la vez,
que avanzan extensiones de lo eterno
burlándose de mí por los atajos
El ojo de la noche es el silencio,
su mirada, la linde del espacio
donde se hayan sepultas mis quimeras
Allí caben siluetas,
incluso tu espejismo
que vírgen resplandece en amor fósil
Tendré que hacer del aire una frontera,
y del viento un ataúd,
sin asideros,
para que duerma el dolor,
para aferrame a ti sin armadura,
y pueda reflejarme en el deseo
volando mi retina en tus señales.
Manuel M. Barcia
SAHARA
Como máscaras de luz,
colores fantasmales desvanecen
la antigua sinrazón de su alegría
Escenas de nostalgia allí tumbada
se anudan a palmeras que contemplan,
altivas en su oasis,
paisajes del desierto que aún respira su esplendor
Y sostienen dos vidas.
Imaginan la arena,
impasible en batallas, sin héroes ni vencidos,
bajo un cielo estrellado
donde tal vez los pájaros trinaron
Y pueden sentir
el temblor de la noche,
tan quieta y agazapada en el silencio
que no le importa soñar
los días de la lluvia tras las dunas.
Manuel M. Barcia
colores fantasmales desvanecen
la antigua sinrazón de su alegría
Escenas de nostalgia allí tumbada
se anudan a palmeras que contemplan,
altivas en su oasis,
paisajes del desierto que aún respira su esplendor
Y sostienen dos vidas.
Imaginan la arena,
impasible en batallas, sin héroes ni vencidos,
bajo un cielo estrellado
donde tal vez los pájaros trinaron
Y pueden sentir
el temblor de la noche,
tan quieta y agazapada en el silencio
que no le importa soñar
los días de la lluvia tras las dunas.
Manuel M. Barcia
viernes, 7 de agosto de 2009
EL PACTO DEL SILENCIO
Remonta el silencio sus carencias,
girando en el vientre de los sueños
partículas de luz para encontrarse
Y es llama solidaria por el aire
que vuela irreverente la lujuria
en alas del deseo.
Manuel M. Barcia
girando en el vientre de los sueños
partículas de luz para encontrarse
Y es llama solidaria por el aire
que vuela irreverente la lujuria
en alas del deseo.
Manuel M. Barcia
A SOLAS CON MI SOMBRA
Huye el alma quebrantada y regresa
con mudas cicatrices de silencio
en piel de cremallera
Y vaga entre los ojos de la noche
reinventando la luz en el exilio,
donde a solas mi sombra me contempla,
peregrina de mí,
mirando somnolienta mis heridas.
Manuel M. Barcia
con mudas cicatrices de silencio
en piel de cremallera
Y vaga entre los ojos de la noche
reinventando la luz en el exilio,
donde a solas mi sombra me contempla,
peregrina de mí,
mirando somnolienta mis heridas.
Manuel M. Barcia
miércoles, 5 de agosto de 2009
DIEZ FRAGMENTOS DE SOLEDAD
No sabría explicarte con cifras ni palabras,
por qué mil avatares, cien verbos silenciados
o unos versos insomnes sin saberlo,
son todo mi bagaje
de tinta invisible en la materia,
como un río de calma navegando los sueños
sin que nadie responda
Y luego tu desnudo impreso en mi retina,
cuando ya la inmensidad te suple en la memoria
rebosante de signos de deseo.
Manuel M. Barcia
por qué mil avatares, cien verbos silenciados
o unos versos insomnes sin saberlo,
son todo mi bagaje
de tinta invisible en la materia,
como un río de calma navegando los sueños
sin que nadie responda
Y luego tu desnudo impreso en mi retina,
cuando ya la inmensidad te suple en la memoria
rebosante de signos de deseo.
Manuel M. Barcia
martes, 4 de agosto de 2009
PÁJAROS DE LUZ
Dictado por la noche,
viaja el fuego en crepúsculos de nieve.
Es tan sólo el paisaje del invierno
arbolado en las sombras de sus llamas
A tientas en lo oscuro que fluía,
dos formas misteriosas sin sustento en su raíz
emergen de la bruma
Eran pájaros de luz,
traían en sus alas las claves del enigma,
los signos del silencio
de aquello que allí existe y nunca vemos
Luego llegaron
miradas invisibles,
caricias en mi piel hecha de sueños,
y besos que traspasan laberintos,
y estrellas que se apagan y se encienden
en tu cuerpo de diosa.
Manuel M. Barcia
viaja el fuego en crepúsculos de nieve.
Es tan sólo el paisaje del invierno
arbolado en las sombras de sus llamas
A tientas en lo oscuro que fluía,
dos formas misteriosas sin sustento en su raíz
emergen de la bruma
Eran pájaros de luz,
traían en sus alas las claves del enigma,
los signos del silencio
de aquello que allí existe y nunca vemos
Luego llegaron
miradas invisibles,
caricias en mi piel hecha de sueños,
y besos que traspasan laberintos,
y estrellas que se apagan y se encienden
en tu cuerpo de diosa.
Manuel M. Barcia
Kryssis
Liturgia del acero,
neurótica pasión y viceversa,
resumen del dolor que me encadena,
de ti sin libertad seré cautivo
cuando seas mi tumba en la nada.
Manuel M. Barcia.
neurótica pasión y viceversa,
resumen del dolor que me encadena,
de ti sin libertad seré cautivo
cuando seas mi tumba en la nada.
Manuel M. Barcia.
DONDE LOS SUEÑOS TE LLEVEN
La vida es breve
para ser heredero de los dioses.
Los sueños son terrenos,
y lo humano se engendra en su materia,
después siempre amanece, poco a poco.
Manuel M. Barcia
para ser heredero de los dioses.
Los sueños son terrenos,
y lo humano se engendra en su materia,
después siempre amanece, poco a poco.
Manuel M. Barcia
domingo, 2 de agosto de 2009
EL EROTISMO DEL MAR
Existe una isla virgen
de la que oí hablar entre mareas,
donde las aguas fingen hedonismo
cuando el mar desemboca en su silencio,
para entregar los siglos de pasiones
que otorga una medusa en transparencia
rezumando las sales lujuriosas
en la vulva de sus playas
Y en los volcanes del sur
el magma se desborda placentero.
Manuel M. Barcia
de la que oí hablar entre mareas,
donde las aguas fingen hedonismo
cuando el mar desemboca en su silencio,
para entregar los siglos de pasiones
que otorga una medusa en transparencia
rezumando las sales lujuriosas
en la vulva de sus playas
Y en los volcanes del sur
el magma se desborda placentero.
Manuel M. Barcia
EL SUEÑO SE HIZO CARNE
*
¿A dónde van los sueños
cuando nadie cabalga en su montura?
¿Quién rige los designios de la noche
en tiempo de inconsciencia
con tanto espejo suelto por las sombras?
En algún lugar pacerá su soledumbre,
sonriente o perezosa.
Unos duendes anónimos
murmuran adjetivos de silencio
mientras callan los pájaros del cielo
Bajo el palio sin techo
donde la calma se está celebrando,
una larga cadena de recuerdos
desatan de su nudo a la memoria
Por el hueco sin luz que le acompaña
amanece con vértigo el deseo,
y abre el sueño las puertas de su nombre
con vírgenes cautivas en los brazos,
vencido en la nostalgia de su carne.
Manuel M. Barcia
¿A dónde van los sueños
cuando nadie cabalga en su montura?
¿Quién rige los designios de la noche
en tiempo de inconsciencia
con tanto espejo suelto por las sombras?
En algún lugar pacerá su soledumbre,
sonriente o perezosa.
Unos duendes anónimos
murmuran adjetivos de silencio
mientras callan los pájaros del cielo
Bajo el palio sin techo
donde la calma se está celebrando,
una larga cadena de recuerdos
desatan de su nudo a la memoria
Por el hueco sin luz que le acompaña
amanece con vértigo el deseo,
y abre el sueño las puertas de su nombre
con vírgenes cautivas en los brazos,
vencido en la nostalgia de su carne.
Manuel M. Barcia
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