Mientras beben mi sangre las palabras,
sacudo la zozobra de la mente
que busca los enigmas del soneto
allí codificados sin materia
Recito con plegarias dos cuartetos;
Si vienen ocho versos por el aire,
quizá ya los tercetos no suspiren
con ruegos de esperanza sobre el mármol
Los fines perseguidos por mi mano,
no son ganar lo eterno bajo el cielo,
ni siquiera ser mártir sin condena
Quisiera completar, a mi albedrío,
catorce hilaturas que se tejen
cosiéndole sus últimas puntadas.
Manuel M. Barcia
Poema del día: "Querido cielo", de Taghrid Abdelal (Palestina, 1984)
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Miraré a tu espalda
si te acercas aquí abajo un poco más.
Dios está demasiado lejos como para darse cuenta.
Ven más cerca
para que los credos tejan tu verd...
Hace 2 horas
2 comentarios:
Hermoso soneto blanco, Manuel.
Me encantó
Un beso en verso blanco
Ana
Me alegra tu presencia en esta fábrica textil.
Un beso de hilo blanco
Manuel
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