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domingo, 2 de agosto de 2009

EL SUEÑO SE HIZO CARNE

*
¿A dónde van los sueños
cuando nadie cabalga en su montura?

¿Quién rige los designios de la noche
en tiempo de inconsciencia
con tanto espejo suelto por las sombras?

En algún lugar pacerá su soledumbre,
sonriente o perezosa.

Unos duendes anónimos
murmuran adjetivos de silencio
mientras callan los pájaros del cielo

Bajo el palio sin techo
donde la calma se está celebrando,
una larga cadena de recuerdos
desatan de su nudo a la memoria

Por el hueco sin luz que le acompaña
amanece con vértigo el deseo,
y abre el sueño las puertas de su nombre
con vírgenes cautivas en los brazos,
vencido en la nostalgia de su carne.



Manuel M. Barcia

2 comentarios:

Ana Muela Sopeña dijo...

Manuel, dios mío, qué bien escribes.

Te leo este primer domingo de agosto.

Sencillamente sensacional.

Un beso soñador
Ana

Manuel dijo...

Me alegra que te gusten estos versos, meiga.

Gracias por compartir en el estío.

Un beso
Manuel