La noche es el oráculo del miedo
Del tiemp0 aletargadas
se escuchan las pisadas del silencio
Sólo yo contemplando las horas que se abisman
y son escalofrío en Pangea
Soy único testigo de aquel tiempo,
señal inextinguible de la historia
y olor a dinosaurio
que aún duerme en el sueño que me bebe.
Manuel M. Barcia
Entre las hayas celestiales: tres poemas de Alba Seoane
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SEDIMENTO
El amor de las rocas está escrito
circula como los efluvios
por su piel áspera
lo escuchan al atardecer
perros famélicos
lectores de huesos y...
Hace 1 hora
2 comentarios:
Los dinasaurios atacan, Manuel.
Y no podemos defendernos de ellos.
Pero sí podemos alejarlos en un sueño o acercarlos en la bruma del silencio.
Un beso
Ana
También podemos escondernos en los bosques interiores de la luz...
Gracias por tus palabras, meiga.
Un beso
Manuel
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