Huye el alma quebrantada y regresa
con mudas cicatrices de silencio
en piel de cremallera
Y vaga entre los ojos de la noche
reinventando la luz en el exilio,
donde a solas mi sombra me contempla,
peregrina de mí,
mirando somnolienta mis heridas.
Manuel M. Barcia
A unos metros de ella
-
Mueve sus manos como si fueran títeres.
Me asombran el baile de los dedos
y la expresividad del rostro,
la coreografía que interpreta
cuando fuma...
Hace 1 hora
2 comentarios:
Maravilloso poema, Manuel.
No dejes nunca dormir a tu pluma.
Necesito que sigas escribiendo.
Una meiga de sueño
Beso soñador
Ana
Gracias por tu ánimo, meiga.
Soy prisión en las páginas que escriben desstellos de locura sin saberlo en mi memoria.
Y tú eres libertad en mis delirios.
No, no dejaré que la pluma descanse.
Un loco soñador
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