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miércoles, 16 de febrero de 2011

CON MORIR ME BASTA



Cuando ya somos fuga en el concierto,
no existe plenitud.

Quisiera en mi estatua un corazón
con latidos de sueño y viceversa.
Ser siervo de un amor perecedero.

No quiero ser del mármol
sendero invisible,
mientras las soledades me traspasan
con destino al silencio.

Y con morir me basta,
seré la luz del tiempo adormecido
antes de que la gloria me reinvente

David o mitológico en un templo.



Manuel M. Barcia

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