Qúe ardua es la tarea de iniciar
este ignoto sendero de renglones;
caminar las palabras sin destino
buscando una lengua que las guíe
hasta el alma de un verso salvador...
Sin embargo,
es posible a su través,
viajar por la poética epocal,
ser yo intrasubjetivo,
imagen arquetípica o emblema,
sugerencia y pudor,
disonancia y esmero,
e incluso laberinto sin razón
que traspasa fronteras
allende los motivos para mi entendimiento.
Pero no tengo excusas,
un poema viaja cuando quiere
y yo le pertenezco.
Acógeme iletrado en tu seno
y sé mi biografía cuando llegues.
Los poetas no escriben los poemas,
tan sólo los trasladan de lugar,
o remanasan su flujo inmaterial
en pausas de quietud
hacia lo incierto.
Manuel M. Barcia
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