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Tan rauda como un pájaro de luz
caído en la nieve
y que se eleva,
tu alma filtrará la savia cristalina
al espacio de los alegres vientos.
No hay nada que temer,
tú siempre surgirás poeta y soñadora
del cauce de la sed,
goteando la lluvia
donde el miedo tan sólo es ceniza
que arde a contratiempo en lo amado.
A Carmen,
instinto de mujer
escrito en las ciudades como islas.
Manuel M. Barcia
El deslumbramiento
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El canto en las arterias que agita la sangre
con melodías que bullen
como ángeles festivos
por el andén de mi cuerpo.
Un ardor de llama en la lu...
Hace 3 horas
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4 comentarios:
Desde esta mar con ciudad, un enorme abrazo, Carmen, para tí, y para "el componedor" del poema, las gracias por el precioso homenaje que te hace.
Concha dixit.
He salido a pasear por tus versos,
es una delícia.
Cuanta sensibilidad cabe dentro de ti.
...y todo por la "mujer dormida"...
Gracias Manuel.
Mavi
Seguro que Carmen se alegrará de saberte oleaje a orillas de su isla, Concha.
Gracias por traer tu cálida marea hasta estos versos.
Un beso
Gracias por brindarme tu paseo, Mavi.
Pero no es una mujer dormida, es un instinto de mujer que nutre su pasión por poesía entre los sueños, ansiosa por un bello amanecer.
Un abrazo
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