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Tal vez amanecías cuando yo vislumbré
la estación de mi huida
caminando los ecos del olvido.
Hay sombras que penetran los espejos,
sólo para buscar
las huellas de otros pasos,
o voces reafirmando el por qué
de las tercas costumbres
como fin del destino capaz de lo impasible.
También yo soy reflejo de la nada,
acaso aún encumbrado bajo luz
que hechiza los cristales,
un rasgo de tu magia que penetra
la raíz de mis sueños,
ese atributo insomne con la mezcla de ti
que siempre me equivoca,
ese quiero volver donde no hay nadie.
Manuel M. Barcia
El deslumbramiento
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El canto en las arterias que agita la sangre
con melodías que bullen
como ángeles festivos
por el andén de mi cuerpo.
Un ardor de llama en la lu...
Hace 2 horas
8 comentarios:
Un magnífico poema, Manuel.
PRECIOSO.
Un abrazo.
Donde van los sueños cuando se deja de soñar?
Precioso Manuel!
Besos
Excelente, Manuel.
Un beso de meiga
Ana
Eres el poeta del fuego y la luz constante.
Hermosa tu palabra.
Por eso este abrazo.
Mavi
Un placer tu visita, Perfecto.
Gracias por tan cálido reflejo en mi palabra.
Un abrazo
Gracias por respirar estas palabras, amplia(mente) tú.
Un beso
Gracias por estar, siempre, meiga.
Un beso
Gracias por tu abrazo, Mavi.
Otro grande para ti.
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