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Son muchos los instantes de mi vida
prendidos por el hilo del azar,
como si en mi destino se tejiese
un inmenso telón
capaz de ser la última puntada
en ojales de luz que a mi mente se aferran.
He cruzado seis veces ese túnel,
he sentido la fuerza de un dios al otro lado
tirando del cordón umbilical
que a los sueños me amarra.
Y en estos entresijos de conciencia
sentía que mi alma aún respira
promesas de saberme
partícula del viento con el rumbo inexacto.
Ah la esperanza,
su modo de anunciarme otros placeres
y su empuje tenaz,
su empeño por los reinos celestiales.
Tal vez sea la séptima estación
el ascenso elegido,
volando el más allá con las alas plegadas.
Manuel M. Barcia
El deslumbramiento
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El canto en las arterias que agita la sangre
con melodías que bullen
como ángeles festivos
por el andén de mi cuerpo.
Un ardor de llama en la lu...
Hace 2 horas
6 comentarios:
Cuanta dulce pasión por la vida sale al encuentro en estas palabras.
¿como lo plasmarías con unos pinceles en un lienzo en blanco...?
Mavi
Precioso, Manuel.
Un beso
Ana
No sabría que decirte, Mavi.
La pintura, al igual que la poesía, es el arte del símbolo en la escena, la recreación del sentimento.
Sólo hay que manifestar el alma, lo que dicte la inspiración, incluso un espacio en blanco si ese es tu deseo.
He visto algunos de tus cuadros, me gustan, tienen vida interior, algo cromo-poético.
Un beso
Gracias por volar conmigo el más allá, meiga.
Un beso
Un poema que permite el silencio y surge la palabra del poeta trasmontando el horizonte y llega ahí donde el cielo infinito permite cualquier cosa con alas desplegadas.
Con placer.
Haces volar mi gratitud a las más altas cimas, Leticia.
Un placer como siempre tu amigable compañía.
Un abrazo
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