Dictado por la noche,
viaja el fuego en crepúsculos de nieve.
Es tan sólo el paisaje del invierno
arbolado en las sombras de sus llamas
A tientas en lo oscuro que fluía,
dos formas misteriosas sin sustento en su raíz
emergen de la bruma
Eran pájaros de luz,
traían en sus alas las claves del enigma,
los signos del silencio
de aquello que allí existe y nunca vemos
Luego llegaron
miradas invisibles,
caricias en mi piel hecha de sueños,
y besos que traspasan laberintos,
y estrellas que se apagan y se encienden
en tu cuerpo de diosa.
Manuel M. Barcia
El beso que escribe alfabetos en el vacío
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No hay expresión,
sólo el péndulo de un jazmín
latiendo en tu sombra.
Tu deseo, un barco de yeso
que zarpa hacia el ombligo de la luna.
Un rocío de...
Hace 4 horas
2 comentarios:
Excepcional poema, Manuel.
Estos versos son de luz y alimentan el espíritu.
Un abrazo
Ana
Me gusta saber que emerges de la bruma como un pájaro de luz, meiga.
Gracias por venir.
Un beso
Manuel
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