Agoniza el éxtasis
y la nada reclama su tributo
en la sed del más allá, donde los girasoles
contemplan el silencio de la noche
en un erial sin tumba.
Manuel M. Barcia
En la ceremonia de los soles vencidos
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I. La Sangre (Alfabeto Circulatorio)
Mis venas tinteros rotos
Escriben surcos en braille
Sobre la piel del insomnio.
La tristeza es...
Hace 9 horas
2 comentarios:
Un poema breve exquisito, lo sabes.
Cada día tu pluma crece más...
Un beso soñador
Ana
Sólo sé,... que hay girasoles ciegos cuando la noche se enciende...
Gracias por estar, meiga.
Un beso de sueño
Manuel
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