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lunes, 8 de noviembre de 2010

RITUALES ONÍRICOS



Atravieso el umbral de los ojos del sueño.

La ley del todo o nada
aún yace a media luz
los estímulos tenues
que brotan del silencio
las sílabas mistéricas que duermen
mecidas por el iris de la luna.

Descubro laberintos
que orientan los caminos de la noche
al confin de lo etéreo,
acaso el universo cenital.

Mi mente armoniza el pensamiento
con tic-tacs de reloj
que giran las preguntas
en círculos sin fin
de los interrogantes sin respuesta.

La sombra del espejo
propone que se hagan mutaciones,
para que allí leviten las almas protectoras,
y alejen del insomnio
lo críptico que inquieta
aquello que es inútil comprender.

Y que sean reflejo de lo amado
todas las sensaciones
capaces de crecer en las palabras
que inspiran rituales con entes del deseo

y onírica silueta.



Manuel M. Barcia

1 comentario:

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias por este poema tan inquietante.

Un beso
Ana