martes, 14 de diciembre de 2010
EL ÁNGEL DE LA MUERTE
Llevo sobre mi grupa
el cadáver de un lobo extemporáneo.
A ratos oigo súplicas que imploran
destinos coincidentes
con huellas por la senda de utopía.
Las fauces de la sombra
no saben devorar a los más fuertes
cuando alumbra la luz de los delirios.
El viento ladrará si tengo miedo.
Y si no, siempre está,
el ángel de la muerte.
Manuel M. Barcia
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