El brote macerado por el frío
extrae de la sustancia el corazón
en las fuentes de piedra.
Te ofrecí
mi presente
esculpido con pétalos de rosa.
Y tú me devolviste
la zarza con espinas
después de haber quemado su fragancia
con esperma de hielo.
Y un ramo de palabras
con letra manuscrita en los jardines
que fueron de la luz un paraíso
convertido en cenizas.
Traía en su crespón
el luto de tu nombre
com0 dedicatoria :
¡ Todo lo que arde,
muere !
Y queda rota el agua
donde yacen amores
estériles e impuros,
sangrando en tu vientre de ramera.
Manuel M. Barcia
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