PALABRAS DE PAZ

A Chekib El-Khiari,
a Ronak Safarzadeh,
a Huang Jingiu

y a tod@s los que son víctimas de la injusticia, tan sólo por clamar valientemente, gritos de libertad.





Con algo de pureza y poesía,
quisiera regalaros mis palabras.

No deposito en ellas gran valor,
ni siquiera los dones de amnistía
que puedan dar al preso libertad.

Pero sí pueden ser, un humilde tributo,
para todos los hombres y mujeres
que sufren entre rejas la condena
de penar en la cárcel
la voz del corazón con sus creencias
en pos de la justicia y la hermandad.

No es mucho lo que vais a recibir.
Tal vez de nada valga mi consuelo,
ni las demás pacíficas reseñas
de solidaridad
que otros con el alma, os puedan demostrar.

Son fechas las que corren, de concordia
y amor en el talante universal.
También de hipocresía y de cinismo,
cuando a solas, la muerte se proclama
en las sombrías cuevas del olvido.

No quiero ser profeta o mensajero,
tan sólo portavoz del sentimiento
que lleve hasta muy cerca de vosotros
mis palabras de paz,

por si acaso sirvieran
sus sílabas de aliento
para reconfortar
el daño que os ha sido inflingido

por las manos que blanden los látigos sin causa
y son de la tortura, lo indecible.




Manuel M. Barcia