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domingo, 2 de enero de 2011

DE ESPALDAS A LA LUZ



Busqué los entresijos de la calma,
avenidas sin nombre
por las que transitar
los pasos vagabundos de la noche.

Y quiso el destino ser mi guía,
con un andar muy lento,
con huellas que conducen
hacia ninguna parte.

Fue todo una insólita aventura,
un viaje sin placer
adentro de mi yo deshabitado,

tal vez al lado oscuro de mis sueños,
sinónimo de fuga
cuando soy álter ego de un suicida,

y escribo tan de espaldas a la luz
las notas necrológicas de mí
al sol y en carne viva.


Manuel M. Barcia

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