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lunes, 31 de enero de 2011

DES-GRAVEDAD



Hoy pesa sobre mí
toda la levedad del universo.
Y me siento tan frágil...
¡Habita tanta luz en mi ceguera!
La energía se alea con el humo.
Y no queda ningún otro asidero
al que pueda aferrarme
ni espacio transitorio que albergar.
¿No existe nadie más en este mundo
que pueda convertir en un fortín
las fronteras de mis debilidades?
¡Soy ya tan penitente
y tantos los senderos aún por descubrir
lentamente... paso a paso... conmigo!

La huella de mi espíritu se aploma
surcando laberintos en la fe,
como un dios desahuciado
por la des-gravedad de los altares
cuando el cielo es propenso a la caída.

Y solo he de labrar
los áridos destinos
que a mis pies se dobleguen
cuando atrape una nube más alta que la mía.


Manuel M. Barcia

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