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Reclamo de su herencia,
ese sagrado instinto de las madres,
el parto de la vida
venidera del tiempo entre las aguas,
las fauces del aliento.
Manuel M. Barcia
El mar de la noche
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Hay en tu rostro una herida donde las sílabas en calma
se adormecen como barcos sin un mar que los agite.
Riela la lluvia bajo el farol, allí se ref...
Hace 3 horas
2 comentarios:
Habiendo tanto esplendor en el universo Manuel, aún así...
Para reflexinar amigo, bello,da en el centro del corazón.
Me alegra tu sentir de mujer en estos versos, Leticia.
Un abrazo grande.
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