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Reclamo de su herencia,
ese sagrado instinto de las madres,
el parto de la vida
venidera del tiempo entre las aguas,
las fauces del aliento.
Manuel M. Barcia
Visita a una ciudad de Bélgica
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Yo la quería dócil, vestida de bruma,
pero no, el verano puso en las fachadas un barniz de luz,
ausente el color mate en la húmeda piel de los edif...
Hace 8 horas
2 comentarios:
Habiendo tanto esplendor en el universo Manuel, aún así...
Para reflexinar amigo, bello,da en el centro del corazón.
Me alegra tu sentir de mujer en estos versos, Leticia.
Un abrazo grande.
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