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Qué difícil resulta
ser ángel de la guarda
en nuestro porvenir a ras de viento.
Enséñame a volar,
ese lento aleteo de tu piel
que se alza por las rutas del deseo
con la lluvia sumisa.
Y haz que recorramos
la distancia insondable de la entrega
también dentro de mí,
vencedores del freno que sujeta
el tiempo tutelar de los amantes,
suspensos en el aire,
tu cuerpo deslizándose veloz
hacia el vacío.
Manuel M. Barcia
Sentados en bancos de niebla
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Luz
De día,
Las flores cantan
Sus pétalos son partituras
Que el viento descifra
Hasta las lápidas
Se olvidan de ser piedra
Y se derriten ...
Hace 1 hora
2 comentarios:
Pregunto:
¿Buscas la esencia del verso en una imagen que le acompañe?
Eres genial.
Mavi
Busco... pero no encuentro.
Un abrazo
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