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miércoles, 19 de agosto de 2009

EL PIANISTA

En guantes de silencio
esperan taciturnas las huellas de la sombra
que transite la luz hacia el teclado

Susurra el diapasón casi inaudible
-por si el piano durmiese-
los cánticos del sueño que acaricien
las notas de la música que abriga

Sonidos no escuchados le contemplan,
ansiosos por sentir en sus acordes
la cima de la gloria que allí escala

Y brotan justo en medio del olvido,
fluyendo de recuerdos que se anudan
a cuerdas percutidas por sus manos

en donde la quietud vuela en lo eterno.



Manuel M. Barcia

2 comentarios:

Ana Muela Sopeña dijo...

Extraordinario, Manuel.

Un poema que me ha hecho pensar.

Un abrazo grande
Felicidades
Ana

Unknown dijo...

Me alegra tu presencia en estos versos, meiga.

Gracias por tus palabras.

Un beso
Manuel