Tenía un antifaz en la mirada,
la efímera sonrisa de un vasallo leal
y un aire de inocencia al caminar,
para dar caza al pudor
en caso de que fuese invisible.
Con pilares de atrezo
y luz de ingeniería teatral,
creó los elementos necesarios
para hacer del destino
un nudo de caminos en la nada
y un puente que cruzar
hacia ninguna parte.
Reacciones psicológicas del miedo
le impidieron saber
cuántas horas o edades
se tarda en recorrer la eternidad.
Si hubiera ido descalzo,
tal vez no tropezase con la duda,
pero había en su almario de accesorios
botas de alta montaña y arnés.
Y en su imaginación un tránsfugaje,
el vértigo en la cima del ocaso
intentando caer.
Manuel M. Barcia
2 comentarios:
MANUEL:
Son las defensas ante el miedo,pero en tu decir poético lo conviertes en un ensayo.
Intenté escribirte por correo pero no encuentro el e-mail en el blog.
Llegué a ti por el blog del poeta Perfecto Herrera.
Te invito a visitar ,si te place :
www.po-etica2010.blogspot.com
Saludos poéticos.
Me alegra que lo hayas captado así, Elsa , porque ese era el único objetivo de este ensayo.
Gracias por tu objetivo análisis.
Ya está habilitado mi correo en el blog si deseas establecer correspondencia. Y por supuesto que sí, pasaré gustosamente por tu blog.
Un abrazo.
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