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Traigo al mundo una vida de avatares,
sin madre, ni siquiera rasgo hembra,
sólo el código genético de un dios
que susurra desnudo en el deseo
Mientras, el futuro ocurre sobre ti
Acaso en la resurrección del sueño,
misterio y ardor. Arrebato del ser
que cruza el umbral y simula muerte
con boca de agua en mirada de sed
En el alba donde no nieva nunca
y tampoco hace calor
Cada átomo de nueva energía
se somete al espíritu salvaje
que nunca será manso,
ni estéril el amor aún somnoliento
Con solo ir de la mano de las cuerdas
se puede hacer llorar a la madera,
como la parábola de un náufrago
en su canto del diario de un violín
Que de lágrimas desata la euforia
en todos esos sitios
que pueblan a sus ríos de la lluvia
con torrentes de sonido emocional...
que ahora musita el viento
en brisas de cadencia libertaria.
Manuel Martínez Barcia
Poema del día: "Bejuco silvestre en invierno", de Geoffrey Hill (Gran
Bretaña, 1932-2016)
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La vieja dicha del viajero aparece,
desnuda,
como una flor de espino
mientras el coche ingresa en la ciudad
entre borrosos pormenores…
Liana silvestre vert...
Hace 9 horas
2 comentarios:
La música de las esferas habita en ese violín. Tu música llega a mi corazón atormentado por las pérdidas y por la soledad. Muy bella tu alegoría, Manuel.
Me encantó leerte.
Un abrazo desde la música
Ana
Fluyen tus palabras como música hechizada en los guantes del violín, mientras canta la vida en los espacios de tu soledad.
Un beso en tu corazón atormentado
Manuel
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