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Mi carne y tu aliento,
la sangre sonrosada alrededor,
el agua en nuestra piel antes de ahogarse,
el estigma de un beso...
Suicidio singular de la humedad
cuando arde la sed
y en el labio nos toca.
Manuel M. Barcia
La casa
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Hoy visitamos la casa
en la que vivió tu madre
siendo niña.
Otra ciudad, otro mundo.
Está en una calle de la zona antigua,
muy deteriorada por ...
Hace 1 hora
2 comentarios:
Muchísima sensualidad en este elegante poema, Manuel. Precioso.
Me alegra que te guste, Juan.
Gracias por tu agradable visita.
Un abrazo
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