---
De repente fluyó,
la música sonando en nuestra piel.
Y un arpegio silente nos cubría
con luz de amanecer,
del temblor, complaciente.
Manuel M. Barcia
En la perversidad de amarnos
-
Me gustan tus labios,
Tus manos y esas uñas,
Para verte acariciar mi sexo,
Con tus labios vinotinto,
Mi delirio
Te acaricio
Humedezco mis...
Hace 1 hora
2 comentarios:
PRECIOSO,muy.
elsa
No encuentro palabras, sólo mi agradecimiento sincero.
Manuel
Publicar un comentario