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Llegaste a media luz
con voz iridiscente de los sueños,
en tránsito de inútiles certezas.
Envuelta en la impostura de la noche
permanece tu sombra
aún ensangrentada de silencio,
impávida mudez ante mi angustia,
adámica en la muerte,
flotando un iceberg en mi memoria,
una ola de frío con viento del pasado.
Manuel M. Barcia
Sin el cuento de Ada y Eva
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Hace siglos que diluyo
El alma perversa
De mis tentaciones
Y un grito sacrílego
Inundó la imaginación
De ser
El paraíso perverso en el si...
Hace 6 horas
2 comentarios:
Interrogaciones del poeta sobre la vida sedimentada en la memoria con la sombra de la muerte.
Pero en tu texto,Manuel,existe belleza !!
UN ABRAZO:
Elsa
Me alegra que lo veas así, Elsa.
Un abrazo
Manuel
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