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Llegaste a media luz
con voz iridiscente de los sueños,
en tránsito de inútiles certezas.
Envuelta en la impostura de la noche
permanece tu sombra
aún ensangrentada de silencio,
impávida mudez ante mi angustia,
adámica en la muerte,
flotando un iceberg en mi memoria,
una ola de frío con viento del pasado.
Manuel M. Barcia
El mar de la noche
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Hay en tu rostro una herida donde las sílabas en calma
se adormecen como barcos sin un mar que los agite.
Riela la lluvia bajo el farol, allí se ref...
Hace 8 horas
2 comentarios:
Interrogaciones del poeta sobre la vida sedimentada en la memoria con la sombra de la muerte.
Pero en tu texto,Manuel,existe belleza !!
UN ABRAZO:
Elsa
Me alegra que lo veas así, Elsa.
Un abrazo
Manuel
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