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A pesar de avatares y tristezas
que obligan a otro rol no deseado,
la sensibilidad y la dulzura
reafirman su carácter de mujer.
Amante cardinal del mediodía
apunta hacia levante su perfil,
buscando en los azules más intensos
la fuerza de las almas primitivas
que orienten su pasión;
silente y espontánea,
sin recreo de nadie,
tan sólo su clamor en libertad.
Lugar contraindicado para mí,
atracción de lo opuesto, la cópula imposible;
el agua hiere al fuego y viceversa.
Sin embargo, la quiero.
Alienta cada día mis ansias de vivir,
a veces juguetón, como los niños,
y otras con el ímpetu del mar,
tan enraizado en ella,
tan fiel al sentimiento,
un lazo indestructible de amistad
que nos une y divide,
como el cielo y la tierra,
común nuestro destino,
cada siete de abril
... y bulbos de fresilla en el faldón,
- (de las que no se comen) -
sólo para regalo.
Manuel M. Barcia
La sobriedad intelectual
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La sobriedad espiritual
Es un segundo de inocencia
Descubriendo la intelectualidad
Del grillo que canta por las noches
Noches de luna ll...
Hace 5 horas
4 comentarios:
Cuánta belleza,textura suave y amor en Abril.
UN ABRAZO:
Elsa.
La primavera es un regalo impagable, Elsa, y abril su envoltura.
Gracias por tu cálido comentario.
Un abrazo
Manuel
"... y bulbos de fresilla en el faldón..."
¡ Qué suerte que he entrado por casualidad, a leerte y me encuentro con esta magnifica pareja de poemas!
Ha sido un regalo de primavera abrilenca y rompedora.
Concha dixit.
Gracias a ti por regalarme tu presencia abrileña, Concha.
Un beso
Manuel
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