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Pensamiento inmutable,
una orden en ciernes,
resorte de obediencia.
El vómito de fuego, el estallido,
la muerte sin excusa,
la sangre de un cadáver indefenso.
No tienen corazón los que fusilan
y vuelven a cargar.
Un hombre que aún respira les perturba,
y le abrasan la sien
de un disparo certero.
Una fosa común
acoge a los inermes
sin latido en la tierra.
Las botas pisotean con desprecio
sus anónimos nombres,
escupen en su huella
con una imprecación de las voces sin alma,
como un grito de guerra
que muerde el odio eterno
al canto indestructible
de aquellos que ansían libertad
y con su propia vida se sublevan.
Manuel M. Barcia
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Hace 5 horas
4 comentarios:
Por la obediencia sin excusas sembraron cadáveres con planes premeditados exterminando personas e ideas.Hirieron la columna vertical de las repúblicas...
Los bandos, dividen, ya lo dice la misma palabra, y cualquiera de ellos, siembra el terror, cualquiera, cualquiera. Ni uno s salva.
Concha dixit.
Precioso tu solidario comentario, Elsa.
Gracias por conmover al escritor con tu inteligente mirada.
Un beso
Manuel
Sí, actos de bandidaje, ya lo dice la misma palabra.
Un abrazo abrileño, Concha.
Manuel
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