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Del tiempo en mis ruinas concebiste
el pulso nigromante del mistral,
parásito en la herencia.
El sueño tan cercano de una niña
fue amor por descubrir,
fulgor de irrealidad tras los espejos.
Y fuimos soledades hacia el sur,
patrimonio de nadie,
sólo genes del viento,
un flujo porvenir de la memoria
y en su vientre
suicidio.
Manuel M. Barcia
Mesopotamia
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MESOPOTAMIA
Nu se mai compun versuri de peste trei mii de ani
Ultimele cânturi au fost scrise de un anonim pe un pergament
Hace 3 horas
2 comentarios:
Espléndido y certero.
Besos.
Gracias por tu viento de azul mediterráneo, Paloma.
Un beso
Manuel
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